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Un reencuentro con la Familia
Volver al lugar donde mi camino hacia el despertar de mi conciencia inició es algo maravilloso. Bogotá, un lugar que tiene muchas caras y disfraces, pero que en ellos se escondió un gran maestro, que me mostró el sendero hacia mi madurez, y que sin percatarme me invitó a tomar el tren bala hacia mi autoconocimiento. Cuán agradecido me siento de haber podido regresar con una nueva mirada donde ahora puedo vislumbrar todo mi crecimiento personal en el parpadeo de dos años. Aquí, donde apenas estaba descubriendo quién en realidad S-HOY; con fuerza opaca, pero con voluntad me esforcé siempre por sembrar mi semilla de humanidad, por ejemplo, cuando llegaba a la oficina en la mañana y saludaba a todos con un “buenos días”. En muchas ocasiones me sentía derrotado, pero algo muy profundo en mi, me impulsaba siempre a continuar, por más de que me sintiera invalidado, rechazado, o solo (estando aún acompañado). En un principio me costó bastante encajar (y con esta palabra ya lo estoy diciendo todo) por más que la cultura abierta se prestaba para ello, comprendí que el problema estaba dentro de mi, el cual buscaba alejarme de mi y moldear mi esencia para tratar de entrar en un círculo ficticio construido a partir de miedos e inseguridades. Siendo la ola mi personalidad, y el mar la esencia, me sentía tan identificado con mi ola y tan distante de las demás, comparándome en tal magnitud, que se me olvidaba que todas las olas hacían parte del mismo océano.
Dos años más tarde, aún con duda e incertidumbre, pero con certeza álmica, puedo asegurar que las piezas van encajando armónicamente, y van formando su propio rompecabezas sin ninguna presión, fuerza o fricción, reconociendo su forma, al saberse auténticas y libres.
Hoy con humildad acepto que mi misión en esta empresa va mucho más allá de mis responsabilidades diarias de corregir la data del sistema y ayudar a los representantes de ventas. Estando en presencia esta semana en la oficina de Bogospot, pude percibir cómo la expectativa que había quedado en mi del momento cuando ingresé como intern a HubSpot, se esfumó en tan solo unos minutos, desde mi perspectiva, el concepto de familia que había creado en mi mente, se disolvió; pero al mismo tiempo, un deseo ferviente de reconstrucción y tejido nació en mi interior.
Es momento de unirnos nuevamente como familia, pero que en esta ocasión, el lazo que nos una sea aún más profundo y transparente; tanto así, que nos permita reconocer con el otro desde el brillo de nuestra esencia, mas no desde una armadura que nos protege temporalmente y nos permita de cierta forma relacionarnos; conectando con la única veraz cultura: la cultura del CORAZÓN.
Por ello, me encantaría crear cada vez más espacios de interacción, que no solo nos inviten a socializar, comer y tomar cerveza, sino a realmente conocernos. Por ejemplo, a través de juegos de rol, que nos lleven a simular un suceso o varios, y nos enseñen más acerca de la empatía (al interpretar un papel muy distinto al que interpretamos dia a dia), que nos permitan aprender a superar el síndrome del impostor (la subvaloración), trayendo confianza y luz a nuestros talentos innatos - los cuales puedan servir de gran aporte a la comunidad; asimismo, que nos instruyan acerca de cómo trabajar en equipo, sin ser relevante el cargo y posición de la otra persona - trabajando en dirección hacia un propósito más grande que nosotros mismos. Paralelamente, pueden crearse otros espacios para actividades como componer música o bailar desde el sentir, pintar con acuarelas en un lienzo lo que deseemos y así poder conectar inmediatamente con nuestro niño interior, el principal causante de nuestra felicidad, creatividad, amabilidad, empatía y energía. Todo esto se traduce en: BALANCE personal, profesional y corporativo.
La paz y estabilidad mental, corporal y emocional siempre conducirán hacia mejores resultados, por lo que en última instancia, me gustaría añadir y hacer énfasis en implementar sesiones recurrentes de YOGA (bien sea virtual o presencial), y enseñarle a los HubSpotters que más que un ejercicio físico, es una herramienta de magno poder para aprender a controlar nuestra mente y sentidos, y como consecuencia, dirigir nuestra vida hacia el bienestar en su conjunto.
Namasté
Con mucho amor
Joganda
